Ampliar la Ventana de Overton, o como presuntamente descafeinar el discurso de la extrema derecha.
Especular con la teoría de como la derecha y los neoliberales a través de la ampliación de la ventana de overton han descafeinado el discurso de la extrema y ultra derecha presuntamente filo nazi o filo fascista. y como con ello logra desplazar la izquierda del poder y pactar la gobernabilidad la derecha y neoliberales con la extrema derecha en Europa.
La teoría propuesta explica cómo la derecha tradicional y los actores neoliberales en Europa han utilizado la **Ventana de Overton** para normalizar discursos de la extrema derecha, desplazando a la izquierda del poder y facilitando alianzas estratégicas. Este proceso se estructura en varios ejes:
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### **1. Expansión de la Ventana de Overton: Normalización de la extrema derecha**
La Ventana de Overton define el rango de ideas aceptables en el debate público. La derecha y los actores neoliberales desplazan esta ventana hacia posiciones más extremas mediante:
- **Gradualismo discursivo**: Introducción paulatina de temas inicialmente marginales (ej.: control migratorio estricto) bajo marcos "respetables" ("seguridad nacional", "protección cultural").
- **Lenguaje descafeinado**: Sustitución de términos abiertamente racistas o autoritarios por eufemismos ("identidad nacional", "soberanismo"). Esto diluye la percepción de extremismo.
- **Mediación de think tanks y medios**: Instituciones neoliberales (ej.: Fundación Heritage, TaxPayers' Alliance) y medios afines (Fox News, Daily Mail) legitiman ideas de la extrema derecha al presentarlas como "soluciones técnicas" o "sentido común".
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### **2. Alianza neoliberal-extrema derecha: Intereses compartidos**
Aunque el neoliberalismo promueve el libre mercado y la globalización, y la extrema derecha el nacionalismo económico, existen puntos de convergencia:
- **Antiizquierdismo**: Oposición común a políticas redistributivas, regulaciones ambientales o movimientos sociales progresistas.
- **Autoritarismo neoliberal**: Uso de un Estado fuerte para imponer reformas económicas (ej.: recortes sociales) y controlar el descontento (leyes anti-protesta).
- **Explotación de crisis**: La gestión neoliberal de crisis (austeridad, privatización) genera malestar social, que la extrema derecha canaliza hacia chivos expiatorios (inmigrantes, élites globalistas).
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### **3. Marginalización de la izquierda: Estrategias de desplazamiento**
Al expandirse la Ventana de Overton hacia la derecha:
- **La izquierda se percibe como radical**: Propuestas antes moderadas (justicia social, fiscalidad progresiva) se etiquetan como "extremistas" frente al nuevo centro.
- **Fragmentación del voto progresista**: Partidos verdes y socialdemócratas pierden apoyo ante la polarización derecha vs. extrema derecha.
- **Gobernabilidad pactada**: La derecha tradicional negocia con la extrema derecha para formar mayorías (ej.: Suecia, Italia), excluyendo a la izquierda.
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### **4. Casos europeos: Ejemplos concretos**
- **España**: Vox normaliza discursos antiinmigración y revisionismo histórico, mientras el PP absorbe parte de su retórica para evitar perder votantes.
- **Francia**: Macron adopta narrativas de seguridad y laicismo para competir con Agrupación Nacional, desplazando al Partido Socialista.
- **Hungría y Polonia**: Gobiernos de Fidesz y Ley y Justicia combinan neoliberalismo (bajos impuestos a empresas) con nacionalismo autoritario (control de medios, LGTBQ+).
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### **5. Consecuencias políticas**
- **Legitimación del fascismo**: Ideas antes tabú (xenofobia, negacionismo climático) se integran en plataformas partidistas.
- **Crisis de la democracia liberal**: Instituciones se debilitan al priorizar pactos con actores iliberales.
- **Reconfiguración del poder**: La izquierda queda atrapada entre adaptarse al nuevo centro (perdiendo identidad) o radicalizarse (perdiendo electores).
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### **Conclusión**
La derecha y el neoliberalismo han instrumentalizado la Ventana de Overton para absorber y diluir la extrema derecha, no como una amenaza, sino como un aliado táctico. Este proceso no solo desplaza a la izquierda, sino que redefine los límites de lo políticamente aceptable, facilitando un nuevo orden donde el autoritarismo y el mercado se entrelazan. La pregunta crítica es si esta estrategia es sostenible o si, al normalizar el extremismo, se siembran crisis futuras para la propia democracia.
El pacto entre Sánchez y Junts en temas de inmigración podría interpretarse como una forma de ampliar la Ventana de Overton respecto a la normalización o "descafeinado" de postulados racistas y xenófobos, aunque de manera indirecta y matizada.
Si el acuerdo incluye elementos que refuerzan un discurso de control más estricto sobre la inmigración o que vinculan inmigración y seguridad (como suele ocurrir en discursos de tintes nacionalistas), podría interpretarse como una forma de desplazar la Ventana de Overton hacia posiciones más restrictivas o conservadoras en materia migratoria. Este fenómeno ha ocurrido en otros países europeos, donde partidos tradicionales han adoptado parte del lenguaje o las propuestas de partidos de derecha radical para competir electoralmente o consolidar alianzas políticas.
Sin embargo, si el pacto se presenta bajo una narrativa moderada —por ejemplo, argumentando que es solo una cuestión de gestión administrativa o de competencias autonómicas—, el efecto puede ser el de "legitimar" o "suavizar" ciertas ideas que antes estaban más asociadas a discursos de corte xenófobo o nacionalista. Al incluir estas cuestiones en el marco de un acuerdo político legítimo y avalado por el gobierno central, algunas ideas que antes estaban en el límite de la aceptación pública podrían empezar a normalizarse y ser vistas como opciones políticamente viables.
Este tipo de movimientos políticos puede servir para neutralizar la crítica de que ciertas propuestas son "de extrema derecha" al integrarlas en un marco institucional y presentarlas como parte de una negociación legítima. En ese sentido, podría funcionar como una estrategia para desplazar el eje del debate hacia posiciones que, aunque antes parecían inaceptables o extremas, ahora empiezan a formar parte del discurso político legítimo.
Cabría preguntarse si el efecto es intencionado o simplemente una consecuencia táctica del acuerdo para garantizar la estabilidad parlamentaria.
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