Toffana, veneno y venganza: ¿Símbolo de justicia o apología de la misandria? ¿Agravio comparativo; Igualdad o revanchismo?

Giulia Toffana, veneno y venganza: ¿Símbolo de justicia o apología de la misandria?
La figura de Giulia Toffana ha resurgido en la literatura y la cultura popular como una suerte de heroína subversiva: una alquimista del veneno que ofrecía a las mujeres atrapadas en matrimonios abusivos una vía de escape letal. En plena Italia barroca, donde el divorcio era impensable y la palabra de una mujer valía poco ante la ley, el veneno parecía ser la única justicia posible.
Desde una lectura feminista, Toffana y sus clientas encarnan la rebelión ante un sistema patriarcal que institucionalizaba la opresión. La narrativa de la 'vengadora envenenadora' ha sido reivindicada como símbolo de empoderamiento frente a siglos de sometimiento. Pero esta lectura no está exenta de peligros: ¿dónde está la línea entre denuncia simbólica y legitimación de la violencia misándrica?
Cuando la literatura convierte a las víctimas en verdugos con justificación moral, se corre el riesgo de crear una narrativa donde la violencia por razón de género cambia de dirección, pero no de esencia. En algunas obras, el asesinato del marido abusador es mostrado no solo como necesario, sino incluso como poético o liberador. Esta estetización puede alimentar una cultura de revancha que reproduce la lógica patriarcal desde el reverso.
La cuestión central es ética y narrativa: ¿qué tipo de sociedad proyecta una literatura que glorifica el castigo sin justicia formal? ¿Qué sucede cuando el lector simpatiza más con la venganza que con el proceso crítico? Es válido utilizar estos relatos como dispositivo simbólico para denunciar siglos de impunidad, pero también es crucial evitar que se conviertan en una excusa para normalizar la violencia selectiva, ahora contra lo masculino.
En tiempos donde el discurso de género se radicaliza, revisitar a Toffana exige una mirada crítica y compleja. No basta con reinterpretar la historia desde el otro lado del espejo: hay que romperlo. Porque la literatura, como espejo social, no solo refleja, sino que también moldea actitudes. Y si no somos cuidadosos, podemos pasar de la justicia simbólica a la romantización de una violencia que, aunque comprensible en su origen, sigue siendo violencia.
Así pues, la reivindicación literaria de figuras como Toffana puede ser una herramienta poderosa de memoria y crítica, pero también un arma de doble filo. La clave está en cómo se cuenta, desde dónde se mira y qué se busca provocar en quien lee.

La jueza Verdejo y los ecos de Salem: 
Persecución de mujeres por mujeres
La reciente controversia en Cataluña, donde la jueza Francisca Verdejo ha sido objeto de críticas por parte de presuntas víctimas de violencia de género y figuras políticas, presenta paralelismos intrigantes con los históricos juicios de las brujas de Salem en 1692. Ambos casos reflejan dinámicas complejas de acusaciones y persecuciones donde las mujeres desempeñan roles tanto de acusadoras como de acusadas.
Francisca Verdejo, titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número dos de Barcelona, ha enfrentado acusaciones de "maltrato institucional" por parte de mujeres que alegan haber sido víctimas de violencia de género. Estas mujeres afirman que la jueza ha mostrado discriminación, denegación de órdenes de protección y decisiones judiciales que favorecen a los presuntos agresores. Figuras políticas, como la diputada de ERC Ana Balsera, han cuestionado públicamente sus actuaciones, lo que llevó a la jueza a solicitar amparo al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
En los juicios de Salem, un grupo de jóvenes, encabezado por Betty Parris y Abigail Williams, acusó a varias mujeres de practicar brujería. Muchas de estas acusaciones provinieron de mujeres hacia otras mujeres, evidenciando una dinámica de persecución intragénero.
Ambos escenarios ponen de manifiesto cómo, en contextos de tensión y conflicto, las mujeres pueden encontrarse en situaciones donde se acusan mutuamente, ya sea por influencias socioculturales, presiones externas o dinámicas de poder. Estas situaciones resaltan la importancia de analizar críticamente las estructuras sociales y judiciales que pueden fomentar tales enfrentamientos, así como la necesidad de promover espacios de diálogo y comprensión mutua.
Si bien las circunstancias y épocas difieren, la comparación entre el caso de la jueza Verdejo y los juicios de Salem subraya la complejidad de las relaciones y conflictos intragénero. Es esencial abordar estos temas con sensibilidad y profundidad, reconociendo las múltiples capas de interacción y las influencias estructurales que pueden propiciar tales situaciones.

La violencia de género en España en 2024 ha sido un problema continuo, con 45 mujeres asesinadas y 1.290 desde 2003. Además, 35 menores han quedado huérfanos debido a esta violencia en 2024, sumando un total de 468 desde 2013.
El teléfono 016 está disponible para brindar ayuda y apoyo a las víctimas. La última víctima, una mujer de 50 años asesinada el 17 de diciembre, tenía un hijo menor de edad.
Es crucial crear conciencia sobre esta problemática y trabajar en la prevención y erradicación de la violencia de género. Si usted o alguien que conoce necesita ayuda, no dude en contactar al 016.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el primer semestre de 2024 se registraron en España 1.842 fallecimientos por suicidio, de los cuales 1.342 fueron hombres y 500 mujeres. Esto refleja una tendencia en la que los hombres tienen una tasa de suicidio aproximadamente tres veces superior a la de las mujeres.
Es importante tener en cuenta que estos datos son provisionales y que pueden variar una vez se consoliden las cifras a final de año. No obstante, la información disponible hasta el momento confirma la necesidad de abordar esta problemática desde una perspectiva de género, considerando los factores específicos que pueden influir en la conducta suicida de hombres y mujeres.
Si usted o alguien que conoce necesita ayuda, no dude en contactar con el Teléfono de la Esperanza (717 000 371) o el 024, línea de atención a la conducta suicida.

El presupuesto destinado a la lucha contra la violencia de género en España para el año 2024 se distribuye en diferentes partidas y niveles de administración. A continuación, se detallan algunos de los aspectos más relevantes:
Presupuesto del Ministerio de Igualdad
 * El Ministerio de Igualdad cuenta con un presupuesto de 350 millones de euros para 2024, destinado a la lucha contra la violencia de género y al fomento de la igualdad.
 * De esta cantidad, 140,2 millones de euros se destinan al desarrollo del Pacto de Estado contra la Violencia de Género.
 * Además, se han aprobado 190 millones de euros para transferir a las comunidades y ciudades autónomas, con el objetivo de desarrollar el Plan Corresponsables en 2024.
Transferencias a entidades locales
 * La Secretaría de Estado de Igualdad y para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres ha establecido una serie de transferencias para el desarrollo de nuevas o ampliadas competencias reservadas a las entidades locales en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género para el ejercicio 2024.
 * La cuantía total del importe a transferir en 2024 asciende a 34.393.861,96 euros.
Distribución de fondos a comunidades autónomas
 * Los criterios de distribución de los fondos a las comunidades autónomas se basan en diversos factores, como la distribución de mujeres, la población rural, la dispersión de la población, entre otros.
 * Se pueden consultar los detalles de la distribución en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Información adicional
 * Es importante tener en cuenta que estos datos corresponden a diferentes fuentes y pueden variar según la administración y la partida presupuestaria.
 * Para obtener información más detallada y actualizada, se recomienda consultar las fuentes oficiales, como el Ministerio de Igualdad y el Boletín Oficial del Estado.
Es fundamental destacar la importancia de destinar recursos suficientes a la lucha contra la violencia de género, una problemática que requiere de una atención integral y coordinada por parte de todas las administraciones públicas.

El Gobierno de España ha reconocido la necesidad de abordar el problema del suicidio y ha implementado diversas medidas y planes para su prevención. Si bien no se dispone de un presupuesto específico y único destinado exclusivamente a la prevención del suicidio, se han asignado partidas presupuestarias a diferentes iniciativas y programas que contribuyen a este objetivo.
Plan de Acción de Salud Mental 2022-2024
Este plan, dotado con 100 millones de euros, incluye diversas acciones dirigidas a mejorar el bienestar emocional de la población y atender de forma integral a las personas con problemas de salud mental, incluyendo aquellas con riesgo de conducta suicida.
Línea 024 de atención a la conducta suicida
Esta línea telefónica, gestionada por el Ministerio de Sanidad, ofrece ayuda a personas con pensamientos suicidas y a sus familiares. Si bien no se dispone de una cifra específica sobre el presupuesto asignado a esta línea, se ha destacado su importancia como recurso para la prevención del suicidio.
Transferencias a comunidades autónomas
El Ministerio de Sanidad ha transferido fondos a las comunidades autónomas para el desarrollo de programas y actuaciones enmarcadas en el Plan de Acción de Salud Mental, algunas de las cuales están relacionadas con la prevención del suicidio.
Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud
Esta estrategia, actualizada en 2021, establece las líneas de actuación en materia de salud mental, incluyendo la prevención del suicidio. Si bien no cuenta con un presupuesto específico, sirve de marco para las diferentes iniciativas y programas que se desarrollan en esta área.
Es importante destacar que la prevención del suicidio es un objetivo transversal que involucra a diferentes administraciones y ámbitos, como la sanidad, la educación y los servicios sociales. Por lo tanto, el presupuesto destinado a esta área se distribuye en diferentes partidas y programas, lo que dificulta la obtención de una cifra única y global.
Si usted o alguien que conoce necesita ayuda, no dude en contactar con el Teléfono de la Esperanza (717 000 371) o el 024, línea de atención a la conducta suicida.

Es cierto que la violencia, en cualquiera de sus formas, puede tener un impacto devastador en la salud mental de las personas y aumentar el riesgo de suicidio. Sin embargo, es importante abordar este tema con precisión y evitar generalizaciones que puedan resultar perjudiciales.
Factores de riesgo del suicidio en hombres:
 * Violencia: La violencia física, psicológica o sexual, ya sea sufrida en la infancia o en la edad adulta, puede ser un factor de riesgo significativo. Esto incluye la violencia doméstica, el acoso escolar o laboral, y otras formas de maltrato.
 * Problemas de salud mental: La depresión, la ansiedad, el trastorno bipolar y otros trastornos mentales aumentan el riesgo de suicidio.
 * Dificultades en la expresión emocional: Los hombres a menudo enfrentan presiones sociales para reprimir sus emociones, lo que puede dificultar la búsqueda de ayuda cuando la necesitan.
 * Problemas económicos y laborales: El desempleo, las dificultades financieras y otros problemas laborales pueden generar estrés y desesperación.
 * Abuso de sustancias: El consumo de alcohol y drogas puede aumentar la impulsividad y el riesgo de suicidio.
 * Aislamiento social: La falta de apoyo social y el aislamiento pueden aumentar la vulnerabilidad al suicidio.
La violencia contra los hombres:
 * Es importante reconocer que los hombres también pueden ser víctimas de violencia, incluyendo la violencia doméstica por parte de mujeres.
 * La violencia psicológica, como la manipulación, el control y el abuso emocional, puede tener un impacto tan perjudicial como la violencia física.
 * Los hombres pueden enfrentar barreras adicionales para buscar ayuda debido a los estereotipos de género y el estigma social.
Conclusión:
 * El suicidio es un problema complejo con múltiples causas.
 * La violencia, en cualquiera de sus formas, puede ser un factor de riesgo importante.
 * Es fundamental promover la igualdad de género y abordar todas las formas de violencia, independientemente del género de la víctima.
 * Los hombres que necesitan ayuda deben saber que no están solos y que existen recursos disponibles.
Recursos de ayuda:
 * Línea de Prevención del Suicidio: 024
 * Teléfono de la Esperanza: 717 003 717
 * Asociación La Barandilla: 911 385 338
Es crucial recordar que el suicidio es prevenible y que buscar ayuda es un acto de valentía.

Sí, el suicidio en hombres puede estar influenciado por múltiples factores, incluidas experiencias de violencia física y psicológica a manos de mujeres en su entorno cercano, como la madre, la hermana, la tía o la pareja. Aunque tradicionalmente la violencia de género se ha asociado principalmente con la violencia ejercida por hombres hacia mujeres, la violencia que sufren los hombres, ya sea física o psicológica, también es una realidad que puede afectar gravemente su salud mental y emocional.

Estudios sobre salud mental sugieren que los hombres suelen enfrentar más dificultades para expresar emociones y buscar ayuda debido a normas culturales y sociales que promueven la fortaleza y la autosuficiencia masculina. Cuando estas experiencias de violencia o abuso no se reconocen ni se tratan adecuadamente, pueden generar sentimientos de aislamiento, depresión y desesperación, que a su vez incrementan el riesgo de conductas suicidas.

Algunos factores que pueden contribuir a este fenómeno incluyen:

Violencia emocional y psicológica: insultos, humillación, manipulación o control excesivo.

Violencia física: agresiones o maltrato físico por parte de figuras femeninas cercanas.

Abuso infantil: el maltrato o negligencia en la infancia, independientemente de si el agresor es hombre o mujer, puede dejar secuelas emocionales duraderas.

Falta de apoyo emocional: los hombres a menudo tienen menos redes de apoyo emocional o sienten que buscar ayuda es una muestra de debilidad.


Si bien las tasas de suicidio son significativamente más altas en hombres que en mujeres en la mayoría de los países, la violencia que padecen los hombres, incluida la violencia ejercida por mujeres, ha sido un tema menos explorado y visibilizado. Reconocer y tratar este problema de manera integral, sin prejuicios de género, es clave para mejorar la salud mental y reducir las tasas de suicidio en hombres.

La falta de recursos para la prevención del suicidio podría interpretarse como una forma de desatención hacia los hombres, ya que estos representan la mayoría de las muertes por suicidio. Sin embargo, calificar esta disparidad como misandria implica asumir una intención consciente de perjudicar a los hombres, lo que es difícil de probar. El enfoque presupuestario podría explicarse por prioridades políticas o sociales específicas, más que por un sesgo de género deliberado.

La depresión afecta de manera desigual a hombres y mujeres en España, siendo más prevalente entre las mujeres. Según datos de la Encuesta Europea de Salud en España de 2020, el 7,1% de las mujeres y el 3,5% de los hombres presentaron cuadros depresivos, lo que indica que la prevalencia en mujeres es aproximadamente el doble que en hombres. 

En términos absolutos, esto se traduce en aproximadamente 1,5 millones de mujeres y 700.000 hombres afectados por algún tipo de depresión en el país. 

Además, la incidencia de la depresión varía según el grupo de edad y el sexo. Por ejemplo, en 2017, aproximadamente el 19% de las mujeres diagnosticadas con depresión tenían entre 75 y 84 años, mientras que en los hombres de la misma franja de edad, este porcentaje era de alrededor del 6,5%. 

Estos datos reflejan una tendencia consistente en la que las mujeres, especialmente en edades avanzadas, presentan una mayor prevalencia de depresión en comparación con los hombres.

Sí, el hecho de que haya un mayor número de diagnósticos de depresión entre mujeres, mientras que las tasas de suicidio son significativamente más altas entre los hombres, podría sugerir la existencia de un sesgo en el diagnóstico o en el acceso a tratamiento. Este desfase podría deberse a varios factores:

1. Estigmatización y patrones culturales: Los hombres suelen enfrentar mayores barreras para buscar ayuda psicológica debido a normas culturales que promueven la idea de que deben mostrarse fuertes y emocionalmente estables. Esto podría llevar a una menor tasa de diagnóstico de depresión entre los hombres, aunque sufran niveles similares o incluso mayores de malestar psicológico.


2. Diferencias en la expresión de la depresión: Los síntomas depresivos en hombres y mujeres pueden manifestarse de manera diferente. Mientras que las mujeres tienden a mostrar más síntomas emocionales (tristeza, llanto), los hombres pueden presentar síntomas externalizados como irritabilidad, agresividad o abuso de sustancias, lo que podría dificultar la identificación de la depresión en ellos.


3. Desigualdad en el acceso y enfoque del sistema de salud: El sistema de salud podría estar más orientado a detectar y tratar la depresión en mujeres, ya que ellas acuden más frecuentemente a servicios médicos y de salud mental. La baja detección de depresión en hombres podría hacer que los casos más graves desemboquen en conductas suicidas antes de recibir tratamiento.


4. Subregistro y diagnóstico erróneo: La mayor prevalencia de suicidios en hombres podría indicar que hay casos de depresión no diagnosticada o tratada de manera inadecuada. Es posible que el sistema de salud no esté captando adecuadamente las señales de depresión en hombres, lo que deriva en un desenlace trágico.

Este desajuste entre diagnósticos y resultados finales (como el suicidio) sugiere que podría haber un sesgo estructural en la manera en que se evalúa y trata la salud mental de hombres y mujeres.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2023, el número total de profesionales sanitarios colegiados en España es de 937.370. De estos, 635.361 son mujeres (67,8%) y 302.009 son hombres (32,2%). 

La distribución por género en algunas de las principales profesiones sanitarias es la siguiente:



Estos datos reflejan una notable feminización del sector sanitario en España, especialmente en áreas como enfermería y psicología, donde las mujeres representan más del 80% de los profesionales colegiados.

⁉️Porque no hay iniciativas para la igualdad en estos sectores o no hay voluntad para la igualdad, sino es puro revanchismo⁉️

Es una pregunta compleja que toca varios factores históricos, culturales y sociales. La feminización de ciertos sectores como la sanidad (especialmente en enfermería, psicología y farmacia) no es tanto el resultado de una discriminación activa contra los hombres, sino de dinámicas sociales y de género que han evolucionado durante décadas.

1. Factores históricos y culturales

Tradicionalmente, las profesiones de cuidado (como enfermería o psicología) han sido vistas como una extensión de los roles de género asociados a las mujeres (cuidado, empatía, atención personal). Esto ha llevado a que, desde hace mucho tiempo, las mujeres fueran incentivadas —o incluso dirigidas socialmente— hacia este tipo de trabajos.

2. Dinámicas del mercado y la percepción social

La medicina ha sido históricamente dominada por hombres, pero en las últimas décadas, el acceso de las mujeres a la educación superior y su entrada masiva en el sector sanitario ha cambiado el equilibrio.

En campos como enfermería, donde la mayoría son mujeres, los hombres a menudo enfrentan prejuicios o estereotipos que desalientan su entrada. Esto crea un efecto de "círculo vicioso" en el que las mujeres siguen siendo mayoría porque es percibido como un entorno más femenino.


3. Iniciativas de igualdad o la falta de ellas

A diferencia de sectores donde los hombres son mayoría y donde se promueven activamente políticas de igualdad para que las mujeres tengan más acceso (como en tecnología o ingeniería), en la sanidad no ha habido una presión similar para aumentar la presencia masculina. Esto puede deberse a que la desigualdad en estos sectores no es vista como una desventaja estructural para los hombres, ya que las profesiones sanitarias son bien remuneradas y valoradas socialmente.

4. ¿Revanchismo o falta de voluntad?

No parece que haya un "revanchismo" consciente, pero sí una falta de voluntad o interés en abordar la desigualdad cuando los afectados son hombres. Las políticas de igualdad suelen centrarse en corregir las desigualdades históricas sufridas por las mujeres, y eso ha hecho que las desigualdades en sectores feminizados no se perciban como un problema urgente.

En resumen, más que revanchismo, podría ser una combinación de inercia cultural, falta de presión social y la percepción de que las desigualdades en sectores feminizados no son tan problemáticas porque las mujeres ya están bien representadas y valoradas en esos ámbitos. 
Si el objetivo es lograr una verdadera igualdad en todos los sectores, incluidos los feminizados como la sanidad, habría que aplicar medidas activas y bien diseñadas para equilibrar la representación de género sin caer en cuotas forzadas o en la imposición artificial. Aquí hay algunas estrategias que podrían ayudar:

1. Romper los estereotipos de género desde la educación

Educación temprana sin sesgos: Fomentar desde la infancia la idea de que las profesiones de cuidado (como enfermería, psicología o fisioterapia) no son exclusivamente femeninas.

Visibilizar referentes masculinos: Mostrar modelos a seguir masculinos en profesiones de cuidado para normalizar la presencia de hombres en estos sectores.

Orientación vocacional sin prejuicios: Evitar que los sistemas educativos sugieran implícitamente que ciertas profesiones son "para mujeres" o "para hombres".



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2. Campañas públicas para fomentar el acceso de hombres a profesiones feminizadas

Campañas institucionales que muestren a hombres trabajando en sanidad y cuidado de manera natural y positiva, para combatir los estereotipos.

Incentivos económicos o de formación para que los hombres elijan carreras como enfermería o psicología, igual que se hace con las mujeres en sectores tecnológicos o científicos.



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3. Crear redes y espacios de apoyo para hombres en sectores feminizados

Asociaciones profesionales que promuevan la participación masculina y creen espacios de diálogo sobre las dificultades específicas que enfrentan los hombres en entornos dominados por mujeres.

Mentoría y apoyo profesional para hombres que ingresen en estos sectores, ayudándolos a integrarse y a sentirse aceptados.



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4. Revisar las políticas de conciliación y cultura laboral

Promover la corresponsabilidad: Si las profesiones de cuidado están feminizadas porque tradicionalmente las mujeres han asumido el rol de cuidadoras en casa, promover una mejor conciliación para ambos géneros ayudaría a redistribuir estos roles.

Flexibilidad y permisos de paternidad obligatorios para que el cuidado no sea solo una responsabilidad femenina, y así se normalice que los hombres también elijan carreras de cuidado.



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5. Incentivos y reconocimiento institucional

Premios y reconocimiento a hombres que destaquen en sectores feminizados para romper la percepción de que estas profesiones son exclusivamente femeninas.

Becas o ayudas específicas para hombres que estudien carreras sanitarias o de cuidado, como ocurre con las mujeres en sectores STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).



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6. Cambiar la narrativa social

Dejar de presentar estas profesiones como una "vocación femenina" o una "extensión del instinto maternal".

Mostrar la diversidad de habilidades y competencias que requieren estos trabajos, destacando que las cualidades necesarias (empatía, cuidado, responsabilidad) no tienen género.



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👉 Clave: La igualdad debe ser vista como un principio que aplica a ambos géneros en todos los sectores. Si hay políticas activas para fomentar la entrada de mujeres en sectores masculinizados, debería haber una estrategia equivalente para fomentar la entrada de hombres en sectores feminizados.

Según datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional de España correspondientes al curso académico 2022-2023, la distribución del personal docente no universitario por género es la siguiente:

Educación Infantil y Primaria: El 81% del profesorado son mujeres, mientras que el 19% son hombres.

Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato: Las mujeres representan el 65% del profesorado, y los hombres el 35%.

Formación Profesional: En este nivel educativo, el 55% del profesorado son mujeres y el 45% son hombres.


Estos datos reflejan una tendencia general en la educación no universitaria en España, donde las mujeres constituyen una mayoría significativa del personal docente, especialmente en las etapas de Educación Infantil y Primaria.

En cuanto al ámbito universitario, según el informe "Datos y cifras del sistema universitario español" del Ministerio de Universidades para el curso 2021-2022, la distribución del personal docente e investigador (PDI) por género es la siguiente:

Profesores/as Titulares de Universidad: Las mujeres representan el 44% y los hombres el 56%.

Catedráticos/as de Universidad: Las mujeres constituyen el 24% y los hombres el 76%.


Estos datos indican que, aunque la presencia femenina en el ámbito universitario ha aumentado en las últimas décadas, aún existe una brecha de género, especialmente en las categorías profesionales más altas, como las cátedras universitarias.

Es importante destacar que la coeducación, entendida como un método educativo que promueve la igualdad de género y la no discriminación por razón de sexo, es fundamental para abordar estas desigualdades. La coeducación busca no establecer relaciones de dominio que supediten un sexo a otro, sino incorporar en igualdad de condiciones las realidades y la historia de las mujeres y de los hombres para educar en la igualdad desde la diferencia. 

Para avanzar hacia una mayor igualdad de género en el ámbito educativo, es esencial implementar políticas que fomenten la coeducación, la formación en igualdad para el profesorado y la promoción de referentes femeninos en todas las áreas del conocimiento.

Porqué en la educación y la sanidad no hacen como con los bomberos y la policía para mujeres, y reservan plazas para el género masculino y cambiar los baremos como hacen en oposiciones a policías militares y bomberos?

Esa es una cuestión muy interesante y que toca directamente las políticas de igualdad y acción afirmativa. La razón por la que en sectores como la policía, el ejército o los bomberos se aplican medidas específicas para favorecer el acceso de las mujeres (como la reserva de plazas o la adaptación de baremos físicos) se debe a factores históricos y estructurales que se interpretan como barreras que han dificultado el acceso de las mujeres a esos campos. Pero en sectores feminizados como la educación o la sanidad, estas medidas no suelen aplicarse para atraer a más hombres por varias razones:

1. Justificación histórica y social

En sectores como la seguridad y la defensa, tradicionalmente dominados por hombres, se argumenta que las mujeres enfrentan barreras estructurales y culturales que dificultan su entrada.

Se considera que las pruebas físicas (como las que enfrentan los bomberos o policías) están diseñadas según parámetros masculinos, por lo que se adaptan para garantizar que las mujeres tengan una oportunidad real de competir.



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2. La percepción de desigualdad

Cuando un sector está dominado por hombres (como la policía o el ejército), la desigualdad de género es más visible y está más documentada, lo que justifica las medidas específicas para corregirla.

En cambio, cuando un sector está feminizado (como la sanidad o la educación), el hecho de que las mujeres sean mayoría no se percibe como una desventaja estructural para los hombres, sino más bien como una elección social o profesional.



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3. La presión política y social

Los movimientos feministas y las políticas de igualdad han presionado durante décadas para abrir espacios para las mujeres en sectores masculinizados.

No ha habido un movimiento similar para defender la igualdad de oportunidades para los hombres en sectores feminizados, lo que ha generado un desequilibrio en las políticas de acción afirmativa.



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4. Diferencia en el tipo de barreras

En las oposiciones a cuerpos de seguridad y bomberos, las barreras para las mujeres son físicas y objetivas (pruebas de fuerza, velocidad, resistencia), lo que facilita justificar un cambio de baremos o la reserva de plazas.

En la sanidad y la educación, las barreras para los hombres no son físicas, sino más bien sociales y culturales (roles de género, percepción de determinadas profesiones como femeninas), lo que hace más difícil justificar medidas correctivas específicas.



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5. El doble rasero en las políticas de igualdad

Existe una percepción de que si un sector está feminizado, los hombres no están "excluidos" de manera estructural, sino que simplemente no eligen esas profesiones por preferencia personal o social.

En cambio, en sectores masculinizados, se interpreta que las mujeres han sido históricamente excluidas o que las estructuras han sido diseñadas para favorecer a los hombres, lo que justifica las medidas de acción positiva.



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¿Qué se podría hacer para equilibrar esta situación?

Si se busca coherencia en las políticas de igualdad, tendría sentido aplicar medidas similares para equilibrar la presencia masculina en sectores feminizados, como:
✅ Reserva de plazas para hombres en sanidad y educación, especialmente en etapas como Infantil y Primaria, donde hay una escasa representación masculina.
✅ Adaptación de los procesos de selección para que no reflejen sesgos de género (por ejemplo, valorar competencias técnicas y habilidades interpersonales de forma equilibrada).
✅ Campañas activas para atraer a hombres hacia estos sectores y normalizar su presencia.
✅ Incentivos económicos o de formación específicos para hombres que elijan carreras tradicionalmente feminizadas.


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👉 El problema radica en que la igualdad se ha abordado de forma asimétrica: cuando las mujeres están en desventaja, se aplican políticas activas para corregirlo; pero cuando son los hombres los que están en minoría, la reacción institucional es mucho más tibia o inexistente. Si la igualdad es el objetivo, debería aplicarse el mismo enfoque en ambos casos.

¿Te parece que hay una falta de coherencia en estas políticas o crees que hay otros factores en juego, o puro revanchismo? 

En 2022, el gasto sanitario público en España ascendió a 92.072 millones de euros, representando el 6,8% del Producto Interior Bruto (PIB). De este total, la remuneración del personal absorbió 40.272 millones de euros, lo que equivale al 43,7% del gasto sanitario público. 

A nivel de las Comunidades Autónomas, la proporción del gasto sanitario destinado a la remuneración del personal varió significativamente en 2022. Por ejemplo, Cataluña destinó el 38,3% de su gasto sanitario público a este concepto, mientras que el País Vasco asignó el 52,8%. 

En cuanto al sector educativo, no se dispone de datos específicos en las fuentes consultadas que indiquen la proporción del gasto público en educación destinada a la contratación de personal. Sin embargo, es común que una parte significativa del presupuesto educativo se asigne a salarios y remuneraciones del personal docente y administrativo. Para obtener cifras exactas, sería recomendable consultar informes oficiales del Ministerio de Educación o de las consejerías de educación de las distintas Comunidades Autónomas.
Según datos del Boletín Estadístico del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas, a julio de 2022, el número total de empleados públicos en España era de 2.731.117. De estos, el 57,58% eran mujeres y el 42,42% hombres. 

La distribución por tipo de administración y género es la siguiente:

Administración General del Estado (AGE): De los 515.449 empleados, el 37,5% son mujeres y el 62,5% hombres.

Administraciones de las Comunidades Autónomas: Con 1.617.450 empleados, el 66,2% son mujeres y el 33,8% hombres.

Administración Local: Cuenta con 598.218 empleados, con una representación femenina del 50,1% y masculina del 49,9%.


Es importante destacar que, aunque en general las mujeres representan la mayoría del empleo público, existen áreas donde los hombres son mayoría, como en las Fuerzas Armadas y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. 

Esta tendencia refleja una mayor participación femenina en el sector público, especialmente en áreas como la educación y la sanidad, tradicionalmente ocupadas por mujeres.

La participación de hombres y mujeres en la economía española presenta diferencias significativas que se reflejan en diversos indicadores laborales y económicos. A continuación, se detallan algunos aspectos clave:

Tasa de actividad y empleo:

Hombres: En el cuarto trimestre de 2024, la tasa de actividad masculina fue del 63,7%, con 11.706.600 hombres ocupados y una tasa de paro del 9,5%.

Mujeres: En el mismo periodo, la tasa de actividad femenina se situó en el 53,6%, con 10.151.200 mujeres ocupadas y una tasa de paro del 11,8%.


Estos datos indican una menor participación laboral de las mujeres en comparación con los hombres, así como una tasa de desempleo más elevada en el caso femenino.

Brecha salarial y económica:

A pesar de los avances en la reducción de la brecha salarial, persisten diferencias significativas en las ganancias anuales entre hombres y mujeres en España. Esta disparidad afecta la capacidad de las mujeres para contribuir al Producto Interior Bruto (PIB) en igualdad de condiciones con los hombres. 

Trabajo no remunerado:

Un factor crucial que influye en la participación económica por género es el trabajo no remunerado, como las tareas domésticas y el cuidado de familiares. Se estima que el trabajo de cuidados no pagado realizado mayoritariamente por mujeres representa el 10,3% del PIB español. 

Conclusión:

Aunque no se dispone de datos exactos sobre la contribución directa al PIB desglosada por género, los indicadores laborales y económicos reflejan una menor participación y remuneración de las mujeres en el mercado laboral. Además, la carga desproporcionada del trabajo no remunerado que recae sobre ellas limita su capacidad para integrarse plenamente en actividades económicas remuneradas, afectando su contribución al PIB nacional.

En España, las pensiones de viudedad y las pensiones no contributivas presentan diferencias significativas en cuanto a su distribución por género.

Pensiones de viudedad:

Según datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, en mayo de 2024 se registraron aproximadamente 2,3 millones de pensiones de viudedad en España. Aunque no se especifica la distribución por género en esa fecha, estudios anteriores indican que la mayoría de los beneficiarios de estas pensiones son mujeres. Por ejemplo, en 2019, el 96% de las pensiones de viudedad fueron percibidas por mujeres, lo que refleja la mayor esperanza de vida de las mujeres y su tendencia a tener carreras laborales más cortas .

Pensiones no contributivas:

Las pensiones no contributivas se dividen en dos categorías principales: jubilación e invalidez. Según datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social, en 2024, el número total de pensiones no contributivas ascendía a 445.125. De estas, 234.567 correspondían a mujeres y 210.558 a hombres .

Estos datos evidencian una mayor proporción de mujeres beneficiarias en las pensiones de viudedad y una distribución más equilibrada en las pensiones no contributivas, aunque con una ligera predominancia femenina.

En España, la siniestralidad laboral presenta una marcada diferencia por género, afectando de manera desproporcionada a los hombres en comparación con las mujeres.

Datos de mortalidad laboral por género:

Año 2024: Según datos preliminares, se registraron 796 fallecimientos en el ámbito laboral, lo que supone un incremento del 10,4% respecto al año anterior. De estos, 608 fueron hombres y 38 mujeres, lo que indica que aproximadamente el 91% de las muertes laborales correspondieron a varones. 

Año 2023: Durante este año, se contabilizaron 4.540 accidentes laborales graves o mortales. De estos, 3.848 afectaron a hombres y 692 a mujeres, representando el 84,76% y el 15,24% respectivamente. 

Año 2021: Se registraron 577 accidentes mortales en jornada laboral entre hombres y 35 entre mujeres. 


Causas principales de los accidentes mortales:

Las principales causas de fallecimiento durante la jornada laboral incluyen:

Infartos y derrames cerebrales: Representan una proporción significativa de las muertes laborales. 

Accidentes de tráfico: Son otra causa común de mortalidad en el trabajo. 

Golpes contra objetos en movimiento: Esta causa experimentó un incremento notable en 2024, duplicándose en comparación con el año anterior. 


Distribución por comunidades autónomas en 2024:

Las regiones con mayor número de fallecidos por accidente laboral fueron:

Andalucía: 100 fallecidos.

Comunidad Valenciana: 81 fallecidos.

Cataluña: 78 fallecidos.

Comunidad de Madrid: 69 fallecidos.

Galicia: 58 fallecidos. 


Esta disparidad en la siniestralidad laboral por género puede estar relacionada con la segregación ocupacional, donde los hombres suelen desempeñar trabajos en sectores con mayor riesgo, como la construcción, la industria y el transporte. Por otro lado, las mujeres están más representadas en sectores como la educación, la sanidad y los servicios sociales, donde la incidencia de accidentes laborales es menor.

Es fundamental continuar implementando y reforzando medidas de prevención de riesgos laborales, adaptadas a las características específicas de cada sector y teniendo en cuenta la perspectiva de género, para reducir la siniestralidad laboral y proteger la salud y seguridad de todos los trabajadores.
El presupuesto destinado a la prevención y protección de los trabajadores en España se distribuye entre diferentes niveles de la administración pública y entidades especializadas. A continuación, se destacan algunas partidas relevantes para el año 2025:

Presupuesto General del Estado (PGE) 2025:

Según la Ley 7/2024, de 23 de diciembre, del Presupuesto General del Estado para 2025, se han asignado fondos para diversas políticas públicas, incluyendo la prevención de riesgos laborales. Aunque el documento no especifica detalladamente las partidas destinadas exclusivamente a la prevención y protección de los trabajadores, se reconoce la importancia de estas áreas en el marco de las políticas de empleo y seguridad social. 

Fundación Estatal para la Prevención de Riesgos Laborales (FEPRL):

La FEPRL es una entidad pública dedicada a promover la seguridad y salud en el trabajo. Para el ejercicio 2025, ha aprobado su plan de actuación con un presupuesto de 86,8 millones de euros, lo que representa un incremento del 2,73% respecto al año anterior. Este presupuesto se destina a programas de formación, investigación y difusión de buenas prácticas en prevención de riesgos laborales. 

Presupuestos Autonómicos:

Las comunidades autónomas también asignan recursos específicos para la prevención de riesgos laborales:

Comunidad de Madrid: Ha incrementado en un 23% su presupuesto para la prevención de riesgos laborales, alcanzando una dotación de 68,5 millones de euros. Estos fondos se enmarcan en el VII Plan Director, que busca promover comportamientos seguros en los centros de trabajo y reducir la siniestralidad laboral durante el período 2025-2028. 

La Rioja: Los Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma de La Rioja para 2025 reflejan compromisos en políticas de bienestar, incluyendo la sanidad y la educación. Aunque no se detallan las partidas específicas para la prevención de riesgos laborales, se enfatiza el fortalecimiento del estado del bienestar, lo que indirectamente puede influir en la mejora de las condiciones laborales. 


Es importante destacar que, debido a la estructura descentralizada de España, las partidas destinadas a la prevención y protección de los trabajadores pueden variar significativamente entre regiones. Además, las entidades públicas y privadas colaboran en la implementación de programas y acciones específicas para mejorar la seguridad y salud en el trabajo.

A destacar una diferencia en la financiación entre la violencia de género y la prevención del suicidio, destacando que los hombres tienen menos apoyo institucional en temas de salud mental y violencia, que las mujeres están sobrerrepresentadas en ciertas instituciones y destaca la diferencia en la siniestralidad laboral, que afecta mucho más a los hombres debido a la naturaleza de los trabajos que suelen desempeñar. 

La primera versión de la Ley de Violencia de Género en España, promulgada en 2004, fue un avance importante en la lucha contra la violencia hacia las mujeres, pero no estuvo exenta de críticas, especialmente en relación con algunos aspectos de su aplicación y su impacto en los derechos fundamentales, como la igualdad y la presunción de inocencia.

La ley, promovida bajo el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, introdujo medidas para proteger a las mujeres víctimas de violencia machista, como órdenes de protección y medidas específicas en los tribunales. Sin embargo, algunos de sus aspectos fueron cuestionados:

Críticas principales:

1. Presunción de inocencia:
Se argumentaba que algunos procedimientos establecidos en la ley favorecían a las víctimas sin ofrecer suficientes garantías al acusado, lo que podría afectar la presunción de inocencia. Por ejemplo, las órdenes de protección se podían imponer sin necesidad de que hubiera una sentencia judicial firme, lo que algunos consideraban una vulneración del derecho a un juicio justo.


2. Desigualdad en el trato entre hombres y mujeres:
Se criticaba que la ley estaba enfocada únicamente en proteger a las mujeres de la violencia machista, pero no establecía una protección equitativa para los hombres en situaciones de violencia doméstica. Esto generó debates sobre si la ley era discriminatoria al no contemplar de manera similar la violencia sufrida por los hombres a manos de sus parejas.

Abordaje Multifactorial de la Violencia en el Seno de la Familia: (que puede ser misandrica y misógina.) 
1. Introducción: una problemática compleja
La violencia intrafamiliar no puede entenderse ni resolverse con respuestas simplistas. Se trata de una realidad con raíces profundas en factores psicológicos, económicos, culturales, jurídicos y relacionales. Solo un enfoque multifactorial, coordinado y sostenible puede romper el ciclo de violencia.
2. Dimensión psicológica y emocional
- Traumas no resueltos, celos, dependencia emocional o trastornos de personalidad pueden alimentar conductas violentas.
- Las víctimas, a menudo, no denuncian por miedo, vergüenza o dependencia afectiva/económica.
- Es imprescindible la atención psicológica para ambas partes, con programas de intervención terapéutica, tanto para víctimas como para agresores (cuando hay margen de trabajo).
3. Perspectiva jurídica y protección efectiva
- La ley debe garantizar la protección inmediata, pero también el debido proceso, evitando automatismos.
- Jueces, fiscales y cuerpos policiales requieren formación específica en violencia familiar.
- La justicia restaurativa puede tener un papel en casos donde hay voluntad de cambio y no se han producido daños irreparables.
4. Enfoque educativo y preventivo
- La violencia familiar se aprende: la educación emocional, la igualdad y la gestión del conflicto deben introducirse desde edades tempranas.
- Escuelas, institutos y centros comunitarios son actores clave para detectar situaciones de riesgo.
- Programas de parentalidad positiva ayudan a romper la reproducción intergeneracional del maltrato.
5. Perspectiva social y económica
- La vulnerabilidad económica, el desempleo o la exclusión social pueden ser detonantes o agravantes del conflicto familiar.
- Hay que garantizar acceso a recursos, vivienda, empleo y asistencia legal, especialmente para las víctimas y sus hijos.
- Los hombres también pueden ser víctimas invisibles: la violencia debe abordarse con una perspectiva inclusiva y no ideologizada.
6. Coordinación interinstitucional
- La respuesta efectiva requiere la articulación de servicios sociales, justicia, salud mental, educación y seguridad.
- Es vital implementar protocolos de actuación integrados, con seguimiento continuado.
- La comunidad también juega un rol: redes vecinales, asociaciones y ONGs pueden prevenir y acompañar.
7. Conclusión: hacia un abordaje humanista e integral
La violencia familiar es el reflejo de muchas carencias: afectivas, culturales, estructurales. Solo desde una mirada multidisciplinar, ética y respetuosa de la dignidad de todas las partes puede construirse una verdadera salida.

Decisiones judiciales:

A lo largo de los años, algunos tribunales y jueces han cuestionado ciertos aspectos de la ley, particularmente la inconstitucionalidad de algunas medidas que consideraban atentaban contra principios fundamentales, como la igualdad ante la ley o la presunción de inocencia. Sin embargo, no fue "tumbada" en su totalidad, sino que se realizaron reformas en años posteriores para ajustar aspectos que generaban controversia.

Por ejemplo, el Tribunal Constitucional, en diversas sentencias, ha aclarado y matizado algunos de estos aspectos, permitiendo que la ley se ajustara a los principios de igualdad y presunción de inocencia, al mismo tiempo que se mantenía el enfoque hacia la protección de las víctimas.


Modificaciones posteriores:

A raíz de estos debates y fallos judiciales, se han producido reformas en la ley de violencia de género para mejorar su aplicabilidad y asegurar que se respeten los derechos fundamentales de todas las personas, tanto las víctimas como los acusados.


En resumen, la primera versión de la ley fue innovadora, pero no estuvo exenta de críticas. Los tribunales, en su interpretación, no "tumbaron" la ley, pero sí señalaron áreas que requerían ajustes, lo que llevó a una evolución y reforma de la legislación con el tiempo.

Ione Belarra, la ministra de Derechos Sociales y agenda 2030 del gobierno español y miembro de Podemos, ha propuesto diversas iniciativas para garantizar la igualdad de género en diferentes ámbitos, incluyendo la política y el gobierno. Una de las medidas que más ha destacado en este sentido ha sido su intento de modificar la Ley de Igualdad para asegurar una representación equilibrada de mujeres en los ministerios y otros órganos del gobierno.

Propuesta para asegurar la mayoría femenina en los ministerios:

1. Paridad en el Gobierno:
Ione Belarra ha propuesto introducir reformas en la ley para garantizar la paridad de género en el Ejecutivo. Su propuesta consiste en que, en el caso de que un partido político forme gobierno, este debe asegurarse de que al menos el 50% de los ministerios estén ocupados por mujeres. La idea central es evitar que las mujeres estén subrepresentadas en los puestos de decisión y liderazgo, algo que históricamente ha ocurrido en la política española.


2. Modificación de la Ley de Igualdad:
Para hacer posible este cambio, se ha planteado una reforma de la Ley Orgánica de Igualdad de 2007, que ya establece medidas para garantizar la igualdad de género en diversos ámbitos, pero que no regula de manera específica la composición de los gobiernos en términos de paridad. Belarra quiere que esta ley se modifique para obligar a los partidos a tener una representación equitativa de hombres y mujeres en los ministerios y, en general, en los altos cargos del gobierno.


3. Implementación de medidas de paridad:
Más allá de las propuestas en torno al Ejecutivo, Belarra ha sido una firme defensora de la paridad también en otras instituciones, como en el Congreso de los Diputados, senadores y tribunales. La idea es que, en el ámbito político, las mujeres tengan una representación proporcional y no solo en el ámbito electoral, sino también en las estructuras de poder y toma de decisiones.



Justificación de la medida:

La igualdad efectiva entre hombres y mujeres en los puestos de liderazgo y toma de decisiones ha sido una de las luchas principales de la agenda feminista de Podemos. Belarra, al ser una figura clave dentro de este partido, ha trabajado en torno a garantizar que las mujeres puedan acceder a los mismos espacios de poder que los hombres.

Se argumenta que, si bien ya ha habido avances en cuanto a la participación política femenina, aún existen barreras estructurales y culturales que limitan el acceso de las mujeres a los puestos de poder más altos, por lo que se hace necesario tomar medidas legislativas más contundentes.


Reacciones y críticas:

La propuesta ha generado tanto apoyo como críticas. Algunos sectores han aplaudido la medida como un paso necesario hacia la igualdad real, mientras que otros consideran que establecer una cuota de género obligatoria en los ministerios podría no ser la solución ideal. Las críticas apuntan a que la selección de ministros debería basarse en la capacidad y competencia y no únicamente en el género, aunque quienes apoyan la propuesta argumentan que la paridad no debería estar reñida con la competencia, ya que hay mujeres altamente capacitadas para ocupar estos puestos.


Conclusión:

Ione Belarra ha intentado promover una reforma de la Ley de Igualdad para asegurar una mayor representación femenina en los órganos de gobierno y poder, como los ministerios, con el objetivo de garantizar la igualdad de género y asegurar que las mujeres tengan el mismo acceso a puestos de liderazgo en el gobierno. Esta propuesta forma parte de su agenda más amplia para avanzar en la igualdad estructural en la política española.

Si estas cuestiones te preocupan como hombre conservador, podrías considerar que el PP, al ser más crítico con algunas políticas de igualdad y enfoque de género, podría reflejar mejor tus inquietudes. Y podrías ver en el PP una opción más alineada con un enfoque que busque equilibrar estos temas, ya que tradicionalmente ha abogado por una revisión de las políticas de igualdad. Sin embargo, esto dependerá de tus prioridades y de cómo el PP articule su posición sobre estos asuntos.

Pedro J. Ramírez, director de EL ESPAÑOL, ha argumentado que a España y al presidente Pedro Sánchez les convendría convocar elecciones generales en 2025. Según Ramírez, Sánchez tendría más opciones de ganar ahora que en dos años. 

Además, el barómetro del CIS de febrero de 2025 muestra que el PSOE lidera la estimación de voto con un 33,4%, mientras que el PP cae al 28,1%. 

Estos factores podrían influir en la decisión de convocar elecciones generales en 2025.

La idea de que Pedro Sánchez podría convocar elecciones generales en 2025 para dejar a Feijóo "con la guardia cambiada" se basa en la posibilidad de aprovechar un momento político favorable para el PSOE. Si el CIS sigue mostrando una ventaja para el PSOE y el PP continúa debilitado en intención de voto, Sánchez podría adelantar las elecciones para tomar a Feijóo desprevenido, en un contexto en el que el líder del PP aún no habría consolidado su posición o estrategia. Este movimiento buscaría desactivar una posible recuperación del PP y asegurar una ventaja electoral para el PSOE.

By #GEMINI #AI and #ChatGpt

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